martes, 27 de octubre de 2009

Anillos de nacar

Cuando termina el día me sacudo el

desierto

como un perro mojado

sin otro dueño más que

mi propio hambre

acomodo el lomo contra la noche y

poco a poco

vuelvo a ser caracola alada

me rodea un charquito de nácar

un mar reversible para

el silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario