su cadencia
corta el aire como un bumerang
te traigo hasta mi por la curvatura del mundo
te aferro a mi aliento como
una consonante.
desierto
como un perro mojado
sin otro dueño más que
mi propio hambre
acomodo el lomo contra la noche y
poco a poco
vuelvo a ser caracola alada
me rodea un charquito de nácar
un mar reversible para
el silencio.